En origen, la palabra "banca" nos viene heredado del banco que, en el medievo, que se situaba en la calle de una zona comercial con el fin de facilitar el acceso de los clientes a los "banqueros" medievales.
Ya entonces, se distinguían en tres clases:
Los prestamistas realizan préstamos al consumo a corto plazo. Sus clientes son personas del pueblo llano o pequeños burgueses, pequeña nobleza, campesinos y clérigos. El préstamo es, como máximo, a seis meses y tiene como finalidad permitir al beneficiario superar un período difícil (por ejemplo, un campesino que debe esperar a la nueva cosecha de abril, mayo, junio, etc.). El receptor del dinero entrega en garantía objetos personales: vajilla, vestidos, herramientas...
Los cambistas se dedican, básicamente, al cambio de moneda, ya que en la Europa medieval circulan, además de monedas extranjeras (besante bizantino y dirhem musulmán), múltiples monedas locales. También comercian con metales preciosos, determinando el precio de estos metales y ejerciendo una importante influencia sobre las fluctuaciones del mercado del oro y la plata. Los cambistas también aceptan depósitos y reinversiones para préstamos: son, pues, auténticos banqueros. Todos los mercaderes tienen una cuenta en un cambista, ya que éste les facilita operaciones a crédito, adelanta capital, realiza transferencias mediante escrituras, etc. En Brujas están situados en la "Grand Place" y cerca del mercado de paños.
Los mercaderes-banqueros realizan negocios financieros a gran escala, al tiempo que controlan otros negocios como la fabricación de tejidos. La familia Médicis de Florencia es un claro ejemplo de esta élite financiera medieval.
Dentro de los prestamistas, es donde encontramos al usurero. Este personaje es un prestamista que cobra intereses por encima de lo estipulado.
En esta época, existía un debate dentro de la iglesia, está, en un principio prohibió los prestamos (sea cuál fuera su interés) por considerarlo un robo, porque consideraba injusto que alguien se enriqueciera con dinero que en definitiva parecía salido de la nada; pero pronto empezaron a salir las voces discordantes que lo apoyaban dado que veían la única forma de generar prosperidad entre el pueblo llano; es por ello que se fijaron los intereses máximos que se debian cobrar por los prestamos.
La persecución a los usureros, se debió mas, a su origen judío (mayoritariamente) que a cuestiones de abuso prestatario; dado que los judíos prestaban dinero a musulmanes y a cristianos a interés mayor que lo que hacían con otros judíos.
Fuera como fuese, lo cierto es que la practica de la banca se normalizó hasta llegar a nuestros dias como la conocemos.
Hoy en dia, (y dejando empresas de creditos y refinanciación a parte) existen dos tipos de entidades financieras: El Banco y la Caja de ahorros.
basicamente son lo mismo, solo les diferencia su carácter legislativo. En concreto, los bancos son sociedades anónimas, mientras que las cajas de ahorro se rigen por la ley de sociedades limitadas de carácter fundacional; motivo por el que deben destinar, una parte de sus dividendos a fines sociales y tienen representación gubernamental en su seno, aunque no por ello dejan de ser privadas. Es decir, que La caixa o Caja Madrid, no destinan el dinero de sus beneficios a obras sociales porque sean muy buenos, sino porque es la diferencia de pagar en impuestos el 36%, como hace un banco, al 1%, como lo hace una fundación (cualquier caja de ahorros). Desde luego no tiene que destinar el 35% a obra social, por lo que el beneficio de una caja supera ampliamente al de un banco, en igualdad de condiciones.
En España, el origen de muchas cajas de ahorro está en los Montes de Piedad, que eran casas de empeños orientadas a los pobres y que no entregaban interés sobre los depósitos. Tradicionalmente, las cajas se han dedicado únicamente al fomento del ahorro mediante la captación de depósitos, por los que pagaban una tasa de interés, y a efectuar préstamos sobre el monto depósito, pero no financieros. Desde 1977 se eliminaron las restricciones legales a su actividad, lo que les permite ofrecer los mismos servicios que los bancos. Sus órganos de gobierno son elegidos por los poderes públicos correspondientes a su domicilio social... lo que crea un conflicto de intereses a todas luces, puede que no en un mundo perfecto, pero si en uno imperfecto como este.
Así pues, no olvides, que un banco o una caja son empresas, que venden un servicio y por ello debes de tratarlos como al que te vende pan o pescado. Con respeto (uhhmm??) pero con carácter, TÚ eres el cliente, y tienes que ejercer tus derechos como lo harías ante cualquier otro suministrador de bienes y/o servicios. Que no te acobarden, tienen el dinero porque nosotros lo depositamos allí; pero no son mas que tú.
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