jueves, 19 de mayo de 2011

Corazón indomable

Un poquito mas de karaoke revolucionario...





Por allí viene Durruti 
con una carta en la mano 
donde dice las miserias 
de este pueblo soberano. 
Por allí viene Durruti 
con un libro en el morral 
donde apunta los millones 
que ha robado el capital. 

Por allí viene Durruti 
con catorce compañeros, 
y le dice a los patronos 
lo que quieren los obreros. 
Por allí viene Durruti 
con un pliego de papel 
a decirle a los soldados 
que se salgan del cuartel. 

Por allí viene Durruti 
sin carroza y sin dinero. 
Todo el mundo le saluda: 
campesino y jornalero. 
Por allí viene Durruti 
con las tablas de la ley 
pa' que sepan los obreros 
que no hay patria, dios ni rey. 

Amanece un nuevo día, 
tristeza en la mañana, 
la muerte moja las calles 
de la Via Laietana. 
Miradas entrecortadas, 
lágrimas de cristal. 
Un féretro recorre 
la gran masa popular. 

Un padre con su hijo, 
no paran de observar. 
Y el niño con su inocencia, 
a su padre fue a preguntar: 

- "Padre, ¿quién ha muerto?" 
- "Hijo, un humilde trabajador." 
- "Padre, ¿qué ha ocurrido?" 
- "Hijo, una bala lo mató." 

El crío queda extrañado, 
no logra asimilar. 
No es un rey, no es un ministro, 
ni tampoco un militar. 

Pero el pueblo está en la calle 
para verlo enterrar. 
Pero el pueblo está llorando 
por el amigo que se va. 

- "Padre, ¿quién lo ha matado?" 
- "Hijo, tú mismo lo sabrás." 
- "Padre, ¿por qué lo hicieron?" 
- "Hijo, por defender tu liberdad." 

"¡Viva Durruti!" 
gritaban los obreros. 
¡Viva Durruti! 
el amigo del pueblo. 

Banderas rojinegras, 
corazones sin aliento, 
gargantas libertarias, 
cantando Hijos del pueblo. 
Grietas en la historia 
silencian las razones 
de aquéllos que llevamos 
un mundo nuevo en los corazones.