Al combate!
Es una cárcel de martirio el mundo
Do la infeliz mujer obrera habita
Soportando con dolor profundo
Las infamias i miserias de la vida!
Aquí reina el pérfido egoismo
La maldad, la miseria i el dolor,
Que oprimen con venal cinismo
Al pueblo siervo de la esplotación…
I por mas que sin cesar trabaje
La mujer nacida en pobre cuna,
Siempre llevará consigo el traje
Del inmundo harapo hasta la tumba.
¡Oh burguesía! Piensa en el futuro
de la presente sociedad humana;
raciocina con calma i de seguro
veras temblar tu criminal espada!
¿Existe acaso algún poder oculto
para que siempre esclava la mujer,
acepte el necio i miserable insulto
del potentado o místico burgués?
No! Porque el sol de la Cuestión Social
Ya ilumina el cerebro de los pueblos,
Destruye la ignorancia universal,
Y la mujer edúcase en los templos…
Pero en los templos del saber i la ciencia,
Donde impera el dios de la Virtud,
Donde vive la razón en la conciencia
Tan pura i libre como el cielo azul;
Allí donde la igualdad radiante
Se alza en el trono de bendito Amor
Cobijando como madre amante
Los nobles hijos de su corazón
¡obreras del mundo! Ya la luz
que irradie el pensamiento humano
empieza a destrozar el yugo i la cruz
que llevamos en los hombros tantos años
Hijos del trabajo !Salud y libertad
si en vuestros dignos corazones late
la voz anjelical de la Verdad!
Acudid presurosos al combate
A destrozar al Rei de la maldad.