lunes, 31 de enero de 2011

IPC, ese gran enemigo

El IPC (Índice de precios de consumo), mide las variaciones de precio de una serie de productos fijos que son adquiridos de forma regular por los consumidores. Es una forma de calcular la variaciones en el "coste de la vida".

Este valor es importante, porque se usa para determinar las subidas mínimas de pensiones y salarios (en cuyo convenio colectivo este  reflejado) así como el precio de alquileres y otros servicios.



El problema del IPC es determinar cuales son esos productos que entraran en la base del calculo. En un principio la lógica nos dirá que son los productos básicos, aquellos que son indispensables para la vida, los que deben determinar cuanto sube el coste de la vida. Y esto seria así, si este dato real le interesara a los "mandamases", ya hubo una buena polémica cuando se incluyo en el calculo los precios de los productos en periodo de rebajas (una forma muy buena para falsear los datos), pero realmente ¿que productos entran?

En 2006 se añadieron nuevos productos, entre los que se incluye, cosas tan básicas, como la joyería, las operaciones estéticas, los alimentos dietéticos y otros, y se eliminaron otros productos por considerarse que ya no tienen la demanda de antaño, como es en el caso del filete de vaca.

Pero ¿de que provincia, de que supermercado, cogen los datos?... de ninguno. Es una estadística basada en presupuestos familiares de una serie de localidades tipo...

Visto lo anterior... ¿a alguien le parece que ese dato este cerca de la realidad?... pues de ahí viene nuestra sorpresa cuando nos dicen que el IPC subió un 2% y que la vida no es tan cara... sera que somos unos quejicas; y como nos llega para todo aún se puede subir mas la factura de la luz.

En fin, os voy a dejar un enlace de alguien que se ha tomado la molestia de hacer el calculo del IPC con los productos mas básicos de la cesta de la compra, corresponde al 2008, pero sirve para ver las diferencias (aquí).

No obstante, esto no deja de ser una forma de marear números... cualquiera no sale a la calle y vuelve a casa asustado por haber pagado 200 ptas por un café y haber comprado por 125 ptas una barra de pan... ganas dan de fumarse un cigarrillo para relajarse, ¡¡ostia!!, que vale 656 ptas la cajetilla.