jueves, 15 de diciembre de 2011

El heroe

Veinticinco de enero de 1925. El anarquista alemán Kurt Gustav Wilckens mata al teniente coronel Varela, frente al primero de infantería, en Palermo. Lo hace para vengar la muertede mil quinientos obreros, en Santa Cruz, fusilados.


En la Patagonia todavía hoy se recuerdan estos hechos.

En una olvidada localidad cordillerana escuchamos, cincuenta años después, al octogenario Gabino Pérez, entonar estas estrofas, acompañándose con la guitarra.

Bajo el mando de Varela
ésta hóspita y gran capital
mil soldados partieron ufanos
con un aire solemne y marcial.

Y llegaron allí, donde muchos
proletarios repletos de afán,
con la huelga, que es su única arma potente,
defendían su mísero pan.

Emboscadas, traiciones, violencia
es la norma del buen militar.
Fueron armas corrientes que usaron
los que iban el fuego, a apagar.