En tal día como hoy del año 1948 se aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Sesenta años han transcurrido desde que los miembros de la Asamblea General de la ONU aprobaron (por 48 votos a favor, 8 abstenciones y ningún voto en contra) la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el 10 de diciembre de 1948 en París. Este documento fue el primer texto legal donde se proclamó de forma internacional que el reconocimiento de la dignidad y de los derechos individuales es condición sine qua non para sentar las bases de la libertad, la justicia y la paz.
A pesar de que muchos de estos derechos pueden parecer obvios para todos aquellos que viven en países democráticos, uno no debe olvidarse de naciones como China, donde derechos humanos básicos, como la libertad de expresión o de prensa, brillan por su ausencia. Por supuesto, China es solamente un ejemplo de reciente interés público debido a los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, pero la lista de países donde no se respeta la dignidad humana se adivina inmensa.
Un informe de Amnistía Internacional denuncia que Darfur, Zimbabue, Gaza, Irak y Myanmar son los lugares del mundo donde menos derechos se les garantizan a las personas. Pero no sólo ellos: en al menos 81 países se infligen torturas o malos tratos a los seres humanos; en 54 se les somete a juicios sin garantías; en 77 carecen de libertad para hablar; y en 70 los homosexuales son perseguidos, y a veces condenados a muerte.
Por otra parte, Estados Unidos, aquella nación que se autoerige salvadora del mundo, todavía mantiene en activo el centro de detención de Guantánamo, todo un insulto hacia los derechos humanos del que se ha pedido su cierre en multitud de ocasiones. Pero Estados Unidos no escucha —pues sólo ellos deciden el rumbo de la política internacional—, mientras otros países como España consienten: cerca de cincuenta vuelos con origen o destino en dicho centro sobrevolaron el territorio español, e incluso algunos hicieron escala en el mismo, entre 2002 y 2007. Y tampoco se debe olvidar la impunidad con la que actúan en este último país algunos agentes de la ley, supuestamente destinados a garantizar ciertas libertades que en ocasiones no dudan en pisotear.
Para finalizar, un recorrido audiovisual a través de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, realizado por Amnistía Internacional España: